Al menos deja que respire.
No subiré el volumen de mi voz
más allá de la luz de la vela.
Solo un segundo.
Libra a mi impulso
y apártate.
Mi cuerpo repite
aún
los movimientos que dejaron de repetirse.
Has arrancado
otra parte de mi juventud,
nuevamente
convertida en vapor
y aguas extraviadas.
Ha florecido el vacío hermético
en donde había búsqueda.
Al menos deja que resurja
o termina de darme muerte,
ya hemos sido la carne
de la noche satisfecha.
30 de junio de 2009
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