3 de septiembre de 2009

Carta de un pajarito a la Luna





Si parece que nos han inventado para domesticarnos mutuamente. Usté verá Querida Luna, que este pájaro la necesita para saber hacia donde volar con todo lo que eso implica... porque usté sabe bien Querida Luna, que hasta hace un tiempo no era más que luz en el cielo, que dibujo redondo, que motivo para ver mejor de noche. Y cómo me ha hecho entender mejor lo nocturno, lo indescifrable... ni se imagina. Estoy redefiniendo gracias a eso, el amor. Es tan inquieto lo que ha despertado adentro mío, que será difícil volverlo a dormir. Y aunque me diga, usté sabe Querida Luna, aunque me diga que me ama, como únicamente se ama cuando uno está comprometido hasta en los sueños, este pájaro tiene miedo de que esto en algún momento termine, que las nubes… usté seguro sabe.
Ya sé, Querida Luna, usté me dirá que no es hora de andar preocupado.... y cuanta razón tiene. Pero vió que algunas aves tenemos tendencia a arruinarlo todo.
Yo sólo le pido Querida Luna que siga comprendiéndome. Que siga siendo mi guía, con todo lo que eso implica. Que me siga abrazando con todo, inclusive con sus brazos. Que nunca deje de ser sincera, aún cuando la verdad lastime como la despedida final, como los cables aéreos que esconde el aire y que aparecen a último momento o como algunos gatos.
Porque esa es la única manera de hacerlo bien, de hacer de esta historia, futuro.
A mí no me queda más que agradecerle que se haya reflejado esa noche en la plaza, y esté nomás, ahí en el cielo. Todas las oportunidades que le he dado desde entonces, las ha aprovechado de la mejor (y conmovedora) manera. Y quédese tranquila, Querida Luna, este pájaro ya no necesita más pruebas... de ahora en adelante se dedicará a volar por el solo hecho de volar, y de sentir el viento en la cara, y sentirlo también dentro del piquito, entrando por el hueco que ofrece la sonrisa.

La amo Querida Luna, de verdad la amo.

PD: Usté es una copada (si me permite el término).


(a Male)

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