29 de mayo de 2009

Cadaver exquisito con Chesi

No nos rodean los sueños, nosotros los rodeamos.
Un sueño y otro sueño (pero más pequeño) caen desde algún balcón nocturno.
Como tierra volando, parece que no estamos, pero aparecemos con la luz. Despiertos, girando y rebotando. Se pasean los sueños, el piso oscuro.
Desconocían el destino de aquella travesía, pero allí estaban, rodando por una bajadita de barrio que los abandonaba en una gran nada.
Pero ya basta con las palabras. No podemos escribir mientras volamos... Digo, soñamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores