29 de mayo de 2009

El avance inmobiliario

Es de público conocimiento el poder de las inmobiliarias.
Nadie olvida que en un primer momento, el barrio de Palermo vio nacer su tiempo con el nombre de “Palermo” sencillamente, y luego se le anexaron Palermo Chico, Palermo Viejo, Palermo Holywood, Palermo Soho, etc…
El primer intento por frenar el avance de las inmobiliarias (las que fueron logrando de a poco ser las “número uno” en el mercado financiero internacional) lo llevaron adelante los vecinos de Palermo Queens, antes llamado Villa Crespo. Fue un torbellino de asambleas en cada esquina. En cada sinagoga, en cada iglesia, en cada kiosco se hablaba del asunto. Era inconcebible, en un primer momento, perder esa identidad que unía a los vecinos y escondía por algunas de sus calles la cancha de aquel Club llamado Atlanta. No se puede olvidar tampoco, por las consecuencias que trajo, que justamente fue la dirigencia de ese Club la que dio el brazo a torcer. Porque una cosa era alquilarle la cancha a Ferro Carril Oeste (que tenía en ese momento ese nombre y su cancha en refacción) en Villa Crespo, y otra mucho más conveniente (y cara) en Palermo Queens. Todo esto, sumado al amor que tenían sus hinchas por el club, mas una reducción en las cuotas sociales en un 2.3 por ciento, concluyeron en la aceptación a la propuesta de las inmobiliarias.
Chacarita no quiso ser menos.
Antiguo enemigo de Atlanta, y llenos de entusiasmo por una marca de cruces, la hinchada de Chacarita se pasó a llamar Palermo Death, en inglés “muerte” por la proximidad del barrio al cementerio. Agronomía pasó a llamarse Palermomanía (al principio resultaba gracioso el avance nominal de las inmobiliarias). Morón, Palermón. Lanús, Palermús. Vicente López, Palermópez. Villa Bosch, Palermosch. Y así cada barrio tenía un toque de arrabal, zoológico e hipódromo y una frescura que (según las inmobiliarias) era necesaria para afrontar los tiempos que vendrían.
Fue un problema para el sistema de comunicaciones Nacional cuando Buenos Aires se pasó a llamar Palermo Airs, porque hubo que cambiar una infinidad de cosas que llevaban el viejo nombre de la provincia.
Pero no hubo tregua.
La Pampa, criticó esta avanzada (que denunciaba como “Unitaria”) y con un discurso integrador se autoproclamó Palermo Llano. Lo que ocasionó en Santa Fé un revuelo general, (no iba a ser cosa que quedaran afuera de ese impulso de las llanuras agro-exportadoras) y pasó a llamarse Palermo Fé.
Hubo resistencia en algunas provincias. La última en cambiar su nombre fue Tierra del Fuego, que en un referéndum, los que luchaban por sostener ese nombre perdieron (con un 3 por ciento) contra un 97 por ciento de los votos, ante la propuesta de Palermo Faier (argentinización de “fuego” en inglés, porque una cosa era cambiar todos los nombres, otra perder el nacionalismo)
Argentina pasó así a llamarse Paler-m.a.n., en alusión a Palermo y a los “Muchos Argentinos Nuevos”.
El nombre era tan sugestivo, y el Mercosur estaba tan fuerte, que produjo (con buen dinero de las inmobiliarias) un efecto en cadena. Chile, Palermo Mountain. Paraguay, Palermolé. Uruguay, Ay Palermo. Hasta hacer de Palermo todo el continente. Jamaica, Palermo Smoke o Esmouk para los argentinos. Canadá, Palermo Dá (slogan que llevó a las inmobiliarias a la cúspide de los mercados internacionales). Estados Unidos, Palermo Box, entre otros.
Nadie olvida tampoco la revuelta de varios días que se desató cuando el avance de las inmobiliarias llegó a Italia, más precisamente a Palermo. Muchos muertos en sucesivas represiones, corridas, desaparecidos, torturas, hasta que la gente se conformó con un rotundo Palermo First o Ferst en la versión Paler-manizada (porque sostenían y exigían ser reconocidos como el primer Palermo)
Vietnam, Palerming. Australia, Palermalia. Luxemburgo, Palermo Burgo.
El mundo ya era Palermo.
Es también de público conocimiento que la resistencia fue perdiendo todo tipo de fuerza, y con ella, el etnocentrismo inmobiliario (que a esa altura era más móvil que el viento) se fue adueñando de todo, inclusive de los nombres de las personas.
Yo me llamo Palermo Segundo, hermano menor de Palermo Primero y mayor de Palermo Tercero. Hijo de Don Palermo, que se casó con Palermo, ya fallecida, enterrada en Palermo Death.
Pero con el paso de los años, todo se redujo a una inicial, la P (por motivos prácticos, para evitar repeticiones).
Cuando se hacía referencia a algún lugar se nombraba la P y la terminación. P. del Este (Palermo del Este), P. Ña (Ex España), P. Diatra (Separación de la Ex Unión Soviética, luego separación de Checoslovaquia, que a su vez se separó en Damdiatra y Mosdiatra. Ésta última República, ganó la guerra en que se fundieron las dos repúblicas hasta que llegó la modalidad “Palermo” y estuvieron todos de acuerdo con el nuevo nombre, y ya no se disputaban las fronteras) P Utah, estado de Palermo Box (que también tuvo una resistencia firme ya que a algunos vecinos, y con la tendencia a la argentinización de los nombres, les produjo escozor). P. P. P-P-P-P (ex Brasil).
Hasta que con el tiempo la terminación quedó sin efecto, porque ya era todo lo mismo, porque los colectivos habían perdido la razón de ser, y porque las inmobiliarias se habían llevado todo su dinero a Marte, (ahora conocido como Barrio Norte), que para esas fechas se estaba terminando de parcelar de la mano de los Anchorena y los Bullrich.
¡¡P. Utah!! Decí que uno tiene memoria, que sinó…

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