29 de mayo de 2009

Cansado

Cansado de despertar conmigo
corrí como un niño a su regalo más imposible.
Miré por mi boca las palabras que no me atrevo a pronunciar.
Jugué con los recuerdos del vientre
y floté en sus aguas, sobre una pequeña balsa
para dominar mis tormentas.
Por única vez, ¡Javier, es tiempo del horizonte! (dije),
y lejos de mí y mi cuerpo,
un maremoto de sinceridad
me hizo naufragar espantado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores