29 de mayo de 2009

Tríptico

Aprender que a la verdad acuden las miradas.
Si hubiesen visto a los jóvenes enamorados,
si hubiesen visto.
Pero no había tiempo para nada
ni nadie.
Y ciertamente no había mas nada.
Desaparecida, incluso, la certeza de lo material,
incluso, porque había fugado todo a otro espacio,
muy lejos.



Sin embargo.



Sin embargo dije, tuve que decir
como una necesidad urgente
y buscando palabras que no conozco,
que no entiende este, mi mundo.
Palabras más parecidas a los colores que a las letras,
tuve que mencionar que he visto a los jóvenes inertes.
Y me enamoré de la posibilidad de mirar con esa devoción.
O me enamoré de la posibilidad.
O simplemente enamorado.
Me fundió una luz desde adentro
¿pero dónde era adentro?
Todo era una mirada…
Me…
Apareció de nuevo la ciudad y me reconoció
la noche

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